Domingo, 15 de mayo de 2022
El alpinista sanpedreño Manuel González ‘Lolo’ se ha visto obligado a abandonar su intento de cumbre al Kanchenjunga después de 38 días de expedición y tras haber conseguido subir hasta los 8.000 metros. Después de unos cinco últimos días muy intensos por las tierras altas, la progresión hasta llegar al Campo 3 se desarrolló con normalidad, destacando dos situaciones: el primer día Cas, uno de los escaladores, llegó hasta la piedra del lunch sin fuerzas y decidió bajar, por lo que Wilco, su compañero, se vio obligado a continuar solo”. Esta nueva situación permitió a Lolo ganar comodidad, ya que compartieron sus tiendas en los campos de altura. La otra situación destacable, ocurrió durante la subida al Campo 2, donde el calor fue tan sofocante, que el deportista del Club Ama Dablam casi sufre un golpe de calor.
El día 11 de mayo, a media tarde llegaron a las tiendas del Campo 3, e iniciaron los preparativos para acometer la escalada de los últimos 1.300 metros. Salieron de las tiendas aún de día, con una tarde excelente, y comenzaron a remontar las primeras pendientes, utilizando las cuerdas fijas. Al caer la noche comenzaron a sentir el frío, pero la ascensión continuó sin problemas. Nos cuenta que apareció la luna, algo que les permitió ver más allá del círculo de luz de las linternas frontales.
En mi primer intento de cima, Lolo alcanzó los 8.000 metros de altitud en unas 7 u 8 horas, en esta ocasión, su segundo intento, con Wilco y Dawa Sange Sherpa, pensaban que podrían hacerlo en 5 horas. Sin embargo, Lolo, según relata, observó algo extraño en el comportamiento de su compañero sherpa, Sange. Efectivamente, llegó hasta donde estaba sentado y le dijo que no podía seguir, no soportaba el dolor que le estaban causando las botas. “A saber cuánto tiempo llevaba aguantando, ya que le pedí que continuara un poco más, hasta un rellano y me comento que no podía más”, nos cuenta Lolo.
Tras este revés, el ‘ochomilista’ malagueño tuvo que tomar una decisión: “No me podía creer lo que estaba pasando y por mi cabeza una pregunta, que ha repetido muchas veces en esta expedición, ¿qué más puede pasar en esta expedición? En poco tiempo debía tomar una decisión. Barajando diversas posibilidades, opté por la más segura, bajar y renunciar a la cima, sabiendo que sería definitivo. Estoy convencido que otro Lolo que conozco, habiendo vivido situaciones previas diferentes, hubiese tomado otra decisión. Pero al que le tocó decidir, no”.
Tras la dura decisión, bajaron a Campo 3 a descansar e iniciar de nuevo el descenso. Lolo acompañó a Sange durante todo el descenso, ya que le llamó muchísimo la atención que bajara rapelando, algo que no es normal, ya que utilizan la técnica sherpa para descender, siempre que no sea un sector vertical.
“Esto va terminando, he llevado mi capacidad de sufrimiento al extremo de forma prolongada (nunca antes), no ha podido ser y es difícil explicar cómo me siento. Tengo ganas de volver a casa, así que nos vemos pronto”, asegura para finalizar Lolo González.